Reserva Costera Valdiviana en Bicicleta

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It is by riding a bicycle that you learn the contours of a country best, since you have to sweat up the hills and coast down them. Thus you remember them as they actually are, while in a motor car only a high hill impresses you, and you have no such accurate remembrance of country you have driven through as you gain by riding a bicycle.

Ernest Hemigway

No es poco habitual leer por ahí que Chile es el mejor país del mundo para hacer cicloturismo. Puede sonar un poco exagerado pero no es para nada inverosímil: Chile  (todavía) tiene gran parte de su territorio en un estado semi-salvaje pero con buena conectividad, además de una densidad poblacional relativamente baja. Esto, sumado a la gran cantidad de parques naturales y la diversa geografía local, hacen que sea muy fácil encontrar caminos solitarios conectando lugares increíbles. Eso hay que aprovecharlo.

Yo nunca he sido un cicloturista experto, pero algo de experiencia tengo y es algo que sin duda haría más seguido si tuviera el tiempo. En mi opinión, la velocidad de la bicicleta es la mejor para recorrer y disfrutar cualquier lugar, tal como lo explica la cita a Don Ernesto al principio de este post. La combinación de eso con la satisfacción que viene después del esfuerzo por alcanzar el destino hacen del cicloturismo una actividad gratificante y (casi) terapéutica. Después de varios años sin practicarlo, quise retomar (un poco motivado por la compra de un juguete nuevo). Lo difícil era encontrar un paseo que se pudiera hacer en el lapso de un fin de semana (para no abandonar los deberes propios de mi etapa del ciclo de la vida). Felizmente mi ilustre contraparte amorosa, además de otorgar los permisos y soporte necesarios, encontró un itinerario que se ajustaba a los requerimientos y que, más encima, se veía increíble: La Reserva Costera Valdiviana

Partí tomando bus un viernes en la noche desde Santiago (tip: TurBus cobra 5 lucas extra por llevar la bici, sujeto a disponibilidad de espacio. Los buses salon-cama o premium llevan menos pasajeros y por lo mismo suelen tener espacio para las bicis) para amanecer en la La Unión y comenzar el pedaleo con dirección Hueicolla, vía Parque Nacional Alerce Costero.

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Dia 1: La Unión – Hueicolla, 79 kms (más detalles en Strava)

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El viaje comienza por un camino pavimentado con algo de pendiente (suave) para, alrededor del kilómetro 26, transformarse en un camino de tierra en buen estado pero con algunas pendientes terroríficas. Debo decir que, a mis tiernos 40 años y dado mi estado físico digno de alguien con buena vida y poca vergüenza, la dificultad de este tramo resultó ser bastante alta (y no “media” como reportan los lolos en wikiexplora). El paisaje, sin embargo, compensa el esfuerzo con creces.

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Después de varias cumbres falsas (que rompen el espíritu), el descenso comienza alrededor del kilómetro 56. La bajada se agradece, pero es bastante técnica y lo ideal sería no hacerla apurado (como yo) para evitar sacarse la mugre. Luego de 20 km de descenso y un par más por el borde costero se llega a Hueicolla, un caserío en un playa de alto potencial turístico, pero que se mantiene de muy bajo perfil gracias a lo inaccesible que es. Ahí me alojé por un módico precio en las cabañas de la Sra Patricia (datos de contacto por interno), que además ofrece suculentos almuerzos, cenas y desayunos.

El primer día me dejó muy cansado. A pesar de que 79 kilómetro no suene a demasiado, la dificultad del camino (habían partes en que la pendiente era tan fuerte que obligaba a bajarse y empujar la bici) hace que una persona con estado físico moderado lo haga en 11 o 12 horas (unas 9 horas en movimiento y un par descansando). Felizmente no desperté molido y pude continuar sin contratiempo al día siguiente.

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Día 2: Hueicolla – Valdivia, 95 kms (más detalles en Strava)

El día 2 comienza cruzando un río (bajito, el agua llega hasta las rodillas, pero me decían que cuando hay marea alta puede llegar hasta la cintura, resulta clave tener alforjas absolutamente impermeables) y con harta subidas, aunque menos pronunciadas que las del día anterior. Acá también hay que bajarse de la bici seguido para empujarla, pero no por la pendiente sino por lo malo del camino. Todo muy bonito en todo caso… y salvaje ¡en el camino se me cruzó un pudu!

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Luego de unos 40 kilómetros se llega al pavimento, lo que se agradece. Desde ahí es un recorrido muy escénico por el borde costero hasta llegar a Corral, desde donde se toma una lancha a Niebla y luego se pedalea hasta Valdivia, donde se puede celebrar brevemente el reencuentro con la civilización y tomar (en estado de casi-desmayo) el bus hacia Santiago.

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En fin, es un paseo bastante duro (no para principiantes) pero que vale mucho la pena y realizable por cualquiera con un estado físico razonable (no excelente, que yo no tengo). Ideal también hacerlo acompañado, por lo solitario del camino y el improbable (pero altamente costoso y peligroso en esas condiciones) accidente.

Pueden ver más fotos en éste album y un par de videos de Relive acá:

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2 thoughts on “Reserva Costera Valdiviana en Bicicleta”

  1. Hola me encanto el paisaje y ver que se puede hacer buen ciclo turismo, pienso viajar para valdivia y hacer mi especialización en la Austral , me motiva saber que es una tierra amable para los ciclistas y con espectaculares paisajes

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