
El lunes 6 de marzo de 2022 El Mercurio publicó la imagen y el texto de arriba. Sin querer hacer interpretaciones aventuradas sobre posibles sesgos del editor de este medio, llama la atención que todavía se considere que este tipo de quejas sean válidas. Respondí con una carta al director que, al parecer, definitivamente ya no será publicada, por lo que la comparto acá:
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Señor Director:
En la edición de hoy de El Mercurio el lector Luis Galleguillos manifiesta su malestar por la presencia de ciclistas en un camino rural, indicando que no deberían transitar por ahí pues “arriesgan su vida”. La ley de tránsito establece que los ciclistas (ya sea para movilizarse o por deporte) deben usar la calzada, a menos que exista infraestructura dedicada (ciclovías). Es más, el artículo 134 indica que pueden hacerlo de hasta “dos de fondo”, utilizando gran parte de una pista. Es deber del automovilista esperar a un momento adecuado para adelantar a los ciclistas de forma segura, aunque esto implique una demora adicional, de manera que su vida no esté en riesgo. Prohibir la circulación de bicicletas solo para evitar incomodar a automovilistas iría derechamente en contra de la propuesto por “ley de convivencia vial” (promulgada el 2018) y desincentivaría el uso de un modo de transporte (y deporte) que no solo ayuda a descongestionar nuestras ciudades y caminos, sino que también contribuye a combatir dos crisis de gran relevancia en la actualidad: la del cambio climático y la del sedentarismo y la obesidad.